Como su nombre indica, cuando hablamos del common rail hablamos de un conducto de combustible compartido. El conducto es un acumulador abastecido por una bomba, que mantiene el combustible a una presión de hasta 2.000 bares. Esto, equivale a introducir el peso de una berlina de lujo en un espacio de un centímetro cuadrado.
El sistema common rail permite que tenga lugar un proceso de combustión especialmente uniforme, fluido y eficiente.
La alta presión y el reducido diámetro (de tan solo una décima de milímetro de las boquillas), hacen que los inyectores del sistema common rail consigan una pulverización extraordinaria del combustible. Esto garantiza una combustión muy eficiente que a su vez, se traduce en una enorme potencia, un consumo reducido y bajas emisiones.
Los inyectores utilizados por Audi se abren y se cierran en fracciones de milisegundos, y pueden inyectar cantidades precisas y mínimas que pesan menos de una milésima de gramo. El gran dinamismo del sistema permite que la cantidad de procesos de inyección por ciclo de trabajo, sea muy variada (en el caso del 3.0 TDI, por ejemplo, se dan hasta 5 inyecciones parciales). Esta estrategia reduce las emisiones y, gracias a la preinyección, se garantiza un proceso de combustión más fluido lo que a su vez tiene un efecto extraordinariamente positivo sobre la acústica del motor.