La mejor forma de hacer que los motores eficientes lo sean aún más: desconectarlos. Por ello, el sistema start-stop desconecta el motor cuando el vehículo llega a una parada (en un semáforo, por ejemplo). En ese momento la palanca de cambios se encuentra en punto muerto y el conductor levanta el pie del pedal del embrague. De esta manera, el sistema desconecta el motor y hace que el motor arranque de nuevo, en cuanto el conductor pisa el pedal del embrague.