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¿PUEDE EL CONOCIMIENTO SER ABIERTO A TODAS LAS PERSONAS?

En ninguna otra ciudad del mundo hay personas con mentes tan profundamente digitales como en Tallinn, Estonia. ¿Cómo cambia eso una sociedad?

Bienvenido a la sociedad del futuro.

En los años 1990 Marten Kaevats era un fanático ciclista y un activista en el sentido más amplio de la palabra. Luce más como un cantante de una banda punk que como un Asesor Digital Nacional. Trabaja ahora para el gobierno de Estonia como consultor en temas digitales. Desde los 90s este diminuto país con solo 1.3 millones de habitantes, ha perseguido sistemáticamente la estrategia de digitalización. En esta nota aprenderemos sobre una ciudad tan inmersa en el mundo digital que muchos temas todavía en debate en el resto del mundo, allí ya son temas antiguos. Las personas en Tallinn están trabajando en cosas que otros ni siquiera se han puesto a pensar. Mientras en otras naciones se está comenzando con los formularios online para sus ciudadanos, en Tallinn se eliminó el concepto de enviar formularios directamente. “Nuestros sistemas identifican independientemente quién es elegible a recibir un subsidio por hijo, por ejemplo. Diez minutos después del nacimiento de su hijo, los padres reciben un e-mail de felicitaciones especificando la fecha y el monto que será transferido a su cuenta”, explica Kaevats. A primera vista, no notamos nada especial en la capital del ciberespacio. Kaevats nos contó que los servicios digitales están primariamente ya funcionando donde no están de manera legible ni visibles. De alguna manera, son solo evidentes en los incontables viajes burocráticos que las personas ya no tienen que hacer porque no necesitan llevar documentos a ninguna oficina gubernamental ni a los bancos. “La digitalización les devuelve la libertad para poder hacer lo que ellos quieran.” Nos dan una clase de e-services, una tarjeta con ID digital, ficha electrónica de los pacientes, votación online, ciudadanía digital, y declaraciones de impuestos con el solo click de un mouse. Lo que en otros lados todavía es ciencia ficción, acá ya es un hecho de la ciencia. “Hay un increíble sentimiento de comunidad. Las jerarquías son muy chatas o ni existen. Quien quiere hacer algo simplemente lo hace.”

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Inderek Onnik

Gerente de proyecto, trabaja en el showroom de e-Estonia, el núcleo central digital de la ciudad. Allí los nativos dan charlas acerca de administración sin papel, servicios online y acerca de la vida en una ciudad digital.

La tarjeta ID es el símbolo de la sociedad digital de Estonia. Se usa para pagar las verduras y para recolectar puntos de lealtad; funciona como documentación del vehículo, licencia de conducir, y firma digital. Solo por diversión, nos muestran cómo se puede vender un auto fácilmente por medio de un smartphone. Se puede obtener una receta médica digital simplemente entrando en el portal.Hay solamente tres cosas que no pueden hacerse online: Casarse, divorciarse, y comprar una propiedad. El showroom e-Estonia está ubicado en el barrio Ulemiste, el corazón digital de la ciudad. El status se lo ganó porque es donde Skype fue programado. Dos colectivos conducidos autónomamente llevan pasajeros desde la estación de ferry, hasta el centro de la ciudad. No existe el miedo a las aplicaciones digitales. Las personas intentan siempre ver las oportunidades. Significa que todo lo nuevo aquí es siempre diseñado para ser digitalizado. Si no puede ser digitalizado, simplemente no se hace. A Tallinn se la describe como una ciudad completamente normal con una opción digital. Estonia es un país muy pequeño, y las personas aquí siempre han estado muy conectadas. Todos se conocen. La votación online por ejemplo existe desde el año 2005. Los ciudadanos pueden votar todas las veces que quieran y, al final, la única que cuenta es la última votación. Entre otras cosas, ellos son también responsables por las aplicaciones de conducción autónoma. Creen que esto va a hacer que las calles sean más seguras y que une más a las personas. Mientras hoy los colectivos solo van a las zonas rurales una vez por día, pronto las personas podrán tomarse autos conducidos autónomamente al consultorio de un médico o a la casa de un amigo.

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Hyper local:

Describe un mundo donde la ubicación física es irrelevante, porque el mundo entero puede ser accesible desde cualquier lugar.

El desarrollo de vehículos auto-conducidos es indicativo de la mentalidad en cuanto a seguridad y nuevas tecnologías. El Profesor Jarno Limnéll, experto en ciberseguridad de la Universidad de Helsinki, prefiere reemplazar el término “seguridad” por “confianza”. “Sin una fuerte base de confianza, es imposible construir una sociedad digital.” Según Marten Kaevats, la mentalidad de Estonia es diametralmente opuesta a la del resto de los países: Los contratos digitales son considerados mucho más seguros porque, en última instancia, las firmas en papel pueden ser falsificadas. La psicología de la ciudad también incluye un sentimiento confortable por ser versión Beta. “Toleramos errores e interrupciones. No hay soluciones perfectas, solo versiones beta que constantemente mejoramos,” dice. Estar siempre listos para lo nuevo es parte de la psiquis nacional. Los smartphones no están prohibidos, están integrados a las clases. “Los alumnos deben aprender a utilizar la tecnología para ellos mismos”. La asistencia y la planificación de las clases es digital y puede ser consultada online por los padres de los alumnos en todo momento. El plan de asistencia y planificación de clases digital es utilizado virtualmente por todas las escuelas de Estonia desde el año 2002. La app ayuda a ahorrar tiempo de trabajo para los profesores, logrando que el colegio sea más eficiente y transparente. Tallinn, la capital del ciberespacio, hace que su lado invisible se muestre tangible para nosotros. Rápidamente uno se acostumbra al hecho de que se puede acceder a Wi-Fi en cualquier parte de la ciudad, gracias a los más de 1000 hotspots. La ciudad es inspiradora y fascinante. Tiene una sensación joven y vibrante. Marten Kaevats nos explica que la presencia física es todavía importante incluso en el ciberespacio -una cerveza compartida, juntarse con amigos en la ciudad-. Esta misión no es solamente para instalar tecnologías y servicios digitales, sino para construir comunidades alrededor de ellas. Las reuniones “cara-a-cara” son mucho más fáciles de organizar en un espacio virtual. Kaevats imaginó un futuro creciendo más allá de las fronteras de la ciudad. Él llama a este concepto “hyper-local”. Un mundo en el que la ubicación geográfica es irrelevante, porque el mundo entero puede ser accesible desde cualquier lado. Las personas podrán obtener e-residencia en Estonia para fundar una compañía, mientras utilizan el sistema de salud de Suiza y los bancos de otros lados del mundo. “En ese momento tendremos que construir la confianza entre desconocidos, potencialmente de todas partes del mundo” declara Kaevats. Tallinn es la prueba viviente de que las tecnologías digitales pueden hacer justamente eso.

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LA DIGITALIZACIÓN LE DEVUELVE A LAS PERSONAS SU LIBERTAD.